Zidane y un esquema en aprietos
23/01/2017
Daniel Terán
Los dirigidos por el francés
han pasado de la gloria a la preocupación en solo 3 partidos. Y es que el
pasado 4 de enero goleó a un Sevilla que no opuso resistencia por el partido de
ida en la Copa del Rey, llave que resolvió el Real Madrid en la vuelta con un emocionante
3-3 en el Sánchez-Pizjuán. Hasta ahí, todo era color de rosa en la entidad
merengue. Eran cuarenta los partidos sin perder, la racha más larga de un
equipo español de primera división.
Pero la suerte y la eficacia
no duran para siempre. Fue en el marco de La Liga con un 2-1 contra el mismo
rival que el Real Madrid se despidió del excelente momento que vivían. Partido
cargado de autogoles, polémicas y un
épico gol en el minuto 92’ que despojó a los de Zinedine Zidane de su tremenda
racha.
A partir de allí, el equipo no
fue el mismo. El bajón anímico que sufrieron era notorio, algo lógico
considerando que no conocían la derrota hace 9 meses. Aun así, seguían punteros
en Liga, clasificados para los cuartos de final de la Copa y con los octavos de
la Champions League en la mira. Luego del golpe bajo sufrido en Sevilla, el
Real Madrid tenía una oportunidad de oro para revertir la situación y lograr
que, lo que para entonces era para muchos una declive en su rendimiento, se
convirtiera en un pequeño tropezón sin importancia. La chance era contra el
Celta de Vigo, en el mismo marco de la Copa y en el Santiago Bernabéu.
Lo que pintaba para ser una
noche de reconciliación con el triunfo, terminó siendo una amarga extensión de
la pesadilla. El resultado iba a ser 2-1, marcador que abría Iago Aspas en el
64’, Marcelo se cargaría la reacción casi inmediata al 69’ y Jonny, un minuto
después, sentenció el marcador definitivo para los de Berizzo. El problema ya
no pasaba solo por un plano resultadista, sino que el equipo no mostró una
buena imagen, factor que le reprocharía la afición con algunos silbidos al
momento de finalizar.
Luego de dos partidos
consecutivos con derrota, el siguiente, contra Málaga, se perfilaba con una
única misión: ganar o ganar. El Real Madrid tomó nota de aquello y venció 2-1 a
la escuadra blanquiazul, con doblete del siempre rendidor Ramos. Sin embargo,
quedaron cuentas pendientes. El bajón de CR7 se vio evidenciado en los últimos
los partidos, fallando oportunidades claras y con una desesperación constante
porque el gol no llegaba, sumado al discreto desempeño del francés Karim
Benzema, quien solo tiene en su haber 10 goles en todas las competiciones. Esto
preocupa a Zidane, que tiene en la mira superar la adversidad más importante de
la temporada hasta los momentos: remontar el resultado adverso de la Copa del
Rey en Balaídos. A ello se le suma la delicada ausencia de Modric y de Marcelo
por un mes, jugadores clave en el esquema 4-3-3 de Zidane y que le añade al
técnico francés otra preocupación de cara al futuro inmediato, sumado a la ya
conocida ausencia por lesión de Gareth Bale, Pepe y James Rodríguez, este
último con oportunidades remotas de volver de cara al partido de Copa.
Lo cierto es que el Real
Madrid y Zinedine Zidane tienen en su horizonte un oscuro pero accesible
panorama. Lo más importante para los merengues es ganar la llave a como dé
lugar, buscar el pase a semifinales y conseguir un empujón anímico importante.
Todo parece indicar que el plano futbolístico es una prioridad secundaria ahora
mismo para el cuadro de la capital, prioridad que puede ser solventada de cara
al futuro y a las próximas competiciones por enfrentar.
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