Crónicas de unos días de impotencia

Manuel Rodríguez
El 1 de abril comenzó las protestas de calle por parte de la oposición en respuesta, en un principio, a las sentencias 155 y 156 del Tribunal Supemo de Justicia , que entre otras cosas eliminaba la inmunidad parlamentaria y le daba poderes legislativo al presidente. Rápidamente se buscó corregir el daño hecho, pero eso fue sólo una chispa en un mar de gasolina.

La semana empezó con una actividad denominada “Doblete contra la dictadura” que buscaba dirigir dos marchas, en paralelo, a destinos diferentes. Una marcha provendría del oeste e iría al CNE y otra del este y llegaría al TSJ. Ninguna llegó a su objetivo, pero la oposición buscó vías alternas a las comunes ( como ir por la avenida Boyacá, también conocida como Cota Mil). Frustrada esta actividad por parte de la represión, rápidamente se convocó más acciones de calle.

Respondiendo al llamado de la MUD, algunas de las principales arterias viales en el país y sus accesos fueron obstruidas por manifestantes en el denominado “Trancazo” el martes 2 de mayo. La actividad consistía en evitar el tráfico vehicular en  estas vías desde las 7 a las 10 de la mañana , aunque algunos puntos se mantuvieron más horas de forma espontánea.
Avenida Francisco de Miranda,2 de mayo. Foto propia.

El 3 de mayo hubo convocatoria de marcha, partiendo de Altamira hacia un punto que en la misma marcha se conoció: la Asamblea Nacional. A consecuencia del llamado, los diputados de la bancada opositora encabezaron la movilización, empezando a las 11:30 AM en plaza Altamira, pero ya a la 1 pm era disuelta  por la GNB en la autopista a la altura del rosal con una represión que, según los asistentes, sobrepasaba alas anteriores ocasiones.

Autopista Francisco Fajardo, 3 de mayo. Diputados encabezan la marcha. Foto de la agencia EFE.

Muchos manifestantes coincidieron sobre la impotencia que los embargaba ese día, de como de forma cotidiana sufren de los embates de los cuerpos policiales y paramilitares del gobierno, que sólo buscan la estabilidad de quién defienden y no les importa matar a los que consideren “peligrosos” para estos.

Autopista Francisco Fajardo, 3 de mayo. Foto propia.

Parte de la impotencia se tradujo en enfrentamientos en diversos puntos del país, donde hubo batallas campales entre la GNB y “colectivos” (bandas paramilitares patrocinados por el gobierno) contra los opositores, siendo el más sonado el de plaza Altamira, dónde muchachos resultaron quemados y también atropellados por vehículos oficiales.

Al día siguiente, y demostrando la irreverencia que caracteriza a la juventud, los diferentes movimientos estudiantiles de las universidades públicas y privadas del país convocaron movilizaciones para continuar las acciones de calle y canalizar las frustraciones a través de reclamos conjuntos que sustenten la lucha.
Salida Ucab avenida Teherán, 4 de mayo. Foto de El Nacional.

La actividad de este día pecó de ser una cliché, pero por parte del cuerpo represivo: bombas lacrimógenas y perdigones al orden del día. La GNB y PNB eran para los afortunados, a algunos les tocó lidiar con colectivos ( como los estudiantes de la Ucsar en Caracas) que buscaban reprimir a los estudiantes y hacerlos desistir de sus reclamos.



Días de impotencia es la conclusión en la que se puede llegar de las opiniones de las personas, en cualquier día, en cualquier momento. También mucho se ha hablado estos días sobre no abandonar la lucha en la calle, que las últimas medidas del ejecutivo nacional son medidas desesperadas a la presión de las manifestaciones, y que dejar esto sería abandonar el significado e importancia de las vidas que se perdieron en nombre del cambio.

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