El poder de los detalles

Manuel Rodríguez
Hoy me pasó algo muy curioso que veo como una señal. Cuando alguien te quiere recibir hará todo lo posible para recibirte bien, te enamoran y cuando te quieren echar de algún lugar, pues harán todo lo posible para hacerlo.

Por cuestiones del destino coincidió mis ganas de inscribirme en el Registro Electoral (RE)  con qué estuviese abierto.En la cola había un sujeto, que lo nombraré a partir de ahora como “viejo chavista imbécil",delante de mí y me decía que ya eran las 3, cuando aún no lo era, diciendo que ya iban a cerrar el centro de inscripción y que ya recogieron las cédulas.

En efecto todo era cierto, pero como no eran las 3 no me fuí y no había casi cola. Habían dicho que en la plaza Bolívar habían unas máquinas y que no había gente, no me fuí porque alrededores de 10 personas se fueron y quedé casi de primero, al lado del viejo chavista imbécil.

El viejo me veía raro y aprovechó y se fue para atrás y habló con la gente diciéndoles lo que me dijo, y la gente picó y se fue.

Mi reflexión era que si no iban a atender a más gente, a lo mejor algunos de los inservibles guardias que allí habían verían que había bastante y dirían lo que el viejo me dijo.

El punto es que doy mi cédula a una señora con pinta de chavista (gorda y desarreglada, pero tenía  todos  a sus  y dientes  por eso dudo que sea chavista) horrible y maleducada.

 La dama (?)  se molestó conmigo porque tenía en su posesión una cédula de una señora que no aparecía y después apareció. Trataba mal a la gente que llegaba porque se querían inscribir y a regañadientes los pasaba.

Todo esta escena rodeado de guardias nacionales inservibles que lo que estaban era sentados y con cara de estupidos. Ni se preocupaban de como estaba la cola. En un momento sale uno y al pasar intentó  chocar con mi hombro a propósito.

Todo lo esto lo cuento y lo traigo a colación porque yo estoy inscrito en el registro electoral español desde antes de cumplir mis 18.

No hice nada, no tenía la confirmación que quería mantener mi nacionalidad y mis compatriotas se tomaron la molestia de mandarme un sobre desde Madrid a principios de año con la esperanza que la basura policial venezolana no se la robara, notificándome que estaba inscrito.

Es casi que “Tío, si quieres venir eres bien recibido, necesitamos gente por si no sabías".Los detalles sin duda importan.

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