Cuando Vente se va

María Corina Machado y el partido Vente se retiran hoy de la MUD, aplaudidos por un sector -me temo- demasiado pequeño. Es un suceso que no se veía venir y sin embargo, tampoco sorprende.

María Corina, además de ser la única con una doctrina política y económica distinta al resto de los partidos de la MUD (cuando todos los partidos son social-demócratas y social-cristianos Vente es liberal) también siempre fue bastante independiente en sus movimientos. Desde antes del inicio de los cuatro meses de protestas, ella ya protagonizaba las marchas de mujeres y de madres por Venezuela.

Muchos la calificarían como la dirigente que más ha pisado la calle (acompañada de Lilian, que no es política per se). Hoy decide retirar a su partido de la Mesa de la Unidad, justamente con su análisis de calle. Dice que se han enfriado las protestas por el descontento de los venezolanos ante la incoherencia en el discurso de la MUD.

La primera persona en negar que la MUD haya vacilado, que, en efecto, la Unidad esté dividida, estaría sujeta a críticas por parte del resto de los venezolanos. Pero mucha gente olvida lo mucho que la sociedad civil hemos acompañado a los líderes opositores a lo largo de este camino de incoherencia. 

El 16J  7.186.170  venezolanos firmamos nuestro apoyo (así mismo en la papeleta, en negrilla) a “la realización de elecciones libres y transparentes y la instauración de un Gobierno de Unidad Nacional para la reconstrucción del país”. No escribía letras chiquitas que especificaran qué CNE iba a regir el proceso. Pero lo que mi vecino twittero de Manzanares me dirá que era obvio, parece que para la MUD no lo era tanto.

En un país que ha estado estancado en la crisis por encerrarse veinte años en la anti-política, a ningún dirigente se le da un cheque en blanco y por eso cada decisión que no se haya pactado con el resto de los venezolanos es divisoria: a eso juega el chavismo.

Es cierto que la oposición ha sido inexcusablemente inmadura y desacertada, pero quien crea que la sociedad civil se auto convoca con la misma fuerza que el liderazgo de nuestros políticos, claramente no ha salido de su casa esta última semana, y no precisamente porque se lo impida una tranca.

Si no nos hemos preocupado en lo que van de horas de esta decisión de ruptura, empecemos a preguntarnos cómo celebramos un banquete sobre la Mesa a la que se le fue una pata, ¿o es que nos vamos todos con Vente?