EL MAL DEL POPULISMO
MORIS H RAUSEO J
El populismo: “Doctrina
política que dice defender las aspiraciones e intereses del pueblo”, según Gran
diccionario de la lengua española. según el Diccionario enciclopédico Larrouse,
es: “Ideología que preconiza el amor al
pueblo y que pretende resolver sus problemas, sin contar con su participación
democrática”.Es aquel discurso político que va dirigido a las necesidades de
los individuos.
Esto es un problema en
política y por eso el término populismo en sí mismo es peyorativo para ella.
Esto es porque el pupulismo pervierte el objetivo de la política, basada en
valores, a una política basada en la complacencia. La política es la encargada
de administrar el espacio público, es decir el espacio donde cohabitan,
interactúan y comparten los seres humanos entre sí. En cambio, la economía
estudia la mejor forma de abastecer a la polis y esto se logra satisfaciendo el
mayor número de necesidades posibles. El populismo consiste en atribuirle a la
política los problemas y objetivos de los que se encarga la economía. El
gobierno funciona como una empresa.
Pero ¿por qué es esto un
problema? ¿Qué hay de malo con que el gobierno se encargue de mis necesidades?
Se preguntaran algunos que estén leyendo este artículo. No hay nada de malo en
que el gobierno garantice las necesidades de los ciudadanos, pero esto le
compete a la economía, y para lograr tal garantía los gobiernos deben
garantizar el correcto funcionamiento de la economía no intervenir en ella ni
actuar como si fueran ella.
Cabe acotar que el libre
funcionamiento de la economía sin supervisión del gobierno puede desembocar en
caos, tal y como lo fue el Crack del 29. Funciona como un partido de futbol.
Los agentes económicos conforman los equipos y los jugadores, los gobiernos hacen
las veces de árbitros. No se impide ni favorece el desempeño de ningún equipo,
ni mucho menos se interviene directamente en el juego. El árbitro se asegura de
que todos estén en el marco de las leyes y que el juego se desarrolle de manera
justa. De esta forma el gobierno impide el surgimiento de oligopolios y
monopolios por parte de los empresarios y de igual manera el surgimiento de
asociaciones de consumidores en el lado de los compradores, ni interviene por
ellos, produciendo así lo que en economía se llama Mercado de competencia
perfecta: Un mercado en el cual ni los oferentes ni los compradores son capaces
de imponer su voluntad (precio de conveniencia) al otro. Les pregunto ¿quien le
esta imponiendo a quien el "precio justo" y por qué esto trae crisis?
Otra diferenciación que se
debe hacer para entender la perversión detrás del populismo es la que existe
entre espacio público y privado. El espacio público es el reino de la
participación colectiva y los valores (política), mientras que el espacio privado
es el de las necesidades individuales (economía).
El espacio público es en donde los valores
toman juego en el actuar de las personas, es cuando interactuamos con otros
seres humanos el momento en el cual sabemos si somos, amables, amorosos,
egoístas, caritativos, humildes, interesados, caprichosos y cualquier otro
vocablo que se defina como valor. Si bien en todos los discursos políticos, de
izquierda a derecha, desde el comunismo hasta la democracia, desde la época de
los griegos a las revoluciones burguesas del siglo XX, es decir R. Francesa y
R. Americana, todos defienden los mismos valores, en todos se escuchan estas
dos palabras: Libertad e igualdad. Con distinto orden de jerarquía y con
distintos métodos y teorías sobre cómo alcanzarlos, pero en fin “todos los
caminos conducen a Roma” -o lo intentan-. Lo cierto es que la política busca
valores y como estos se manifiestan en lo público, la política tiene lugar en
el espacio público. Es gracias a la participación con otras personas que
sabemos si somos o no libres, cuando nos reconocemos o no como iguales (ante la
ley).
Regresando al asunto del
populismo ¿Cuál es la deformación? ¿Cuál es la enfermedad que causa el
populismo? Muy sencillo: la sustitución total del espacio público por el
privado.
La prelación del discurso de
las necesidades sobre el de los valores genera de igual manera la prelación del
espacio privado por sobre el espacio público. En el espacio privado somos
iguales a los animales, esclavos de lo que nuestro cuerpo demanda: comida, sueño,
placer, recreación, abrigo, y cualquier otra necesidad congénita de la cual no
podemos escapar, porque significaría la muerte. Precisamente lo que hace la
publicidad es crear necesidades donde en realidad no las hay. En un principio
estas serían comer, dormir y evacuar desechos, pero en el mundo moderno
necesitamos además, lucir a la moda, ser aceptados por la sociedad, tener
internet, ver películas, y así un montón de necesidades que sin las cuales el
ser humano podría vivir tranquilamente al igual que los animales. Ninguna de
estas necesidades (con excepción de la reproducción humana) requiere de otros
seres humanos para ser saciada, aunque ciertamente la participación de otros la
haga más sencilla. El daño que hace el populismo a la política es que los hombres se deshumanizan y
convierten en esclavos de sus cuerpos las 24 horas del día, es decir, en
esclavos de quien les dan de comer.
El populismo es el “Dios
proveerá” de los tiempos modernos. El gobierno proveerá. Si los hombres son esclavos de las necesidades y el gobierno es quien
las satisface todas entonces los hombres se convierten en esclavos del
gobierno.
¿Al gobierno totalitario le
conviene, entonces, satisfacer que no haya escasez de alimentos y medicinas?
Hemos sido testigos en
Venezuela de como el populismo destruye una sociedad y empodera a pocos... Una
de las tantas cosas que nos dejaron los 40 años de democracia desemboca hoy en
su peor forma.
MORIS H RAUSEO J
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