El Gran Hermano te observa

                 
                                                             

18/01/2017
Felipe Toro


Un futuro casi apocalíptico, donde se vive en una batalla continua; donde la esclavitud es vista como libertad, donde la ignorancia es denominada fuerza, y la guerra se considera la paz.

Dentro de estas contradicciones, George Orwell nos muestra un futuro distópico, dando una 
perspectiva muy amplia de hasta dónde puede llegar el poder centralizado, y las desgracias que puede causar el totalitarismo en una sociedad para permanecer en el poder.
El autor nos muestra bajo la mirada de Winston Smith, la vida de la población, las dificultades que origina el régimen para el desarrollo del individuo, y todos los choques psicológicos que causa el cambio de realidad constante al que se ven sometidos.

El sistema implantado en esta sociedad ficticia ha causado en la población una desconfianza entre cada miembro de ella, malogrando así las relaciones interpersonales entre familias, matrimonios y hasta las relaciones sexuales.

“Si los hechos demuestran otra cosa, habrá que cambiar los hechos”.

Los miembros del partido, basan su política en el control de los hechos que se suscitaron en el tiempo, argumentando que con el control del pasado, se puede controlar el futuro; pero para controlar el pasado hace falta controlar el presente, y esto es lo que hace ese sistema. Esta política logra borrar de la memoria de la ciudadanía como se vivía sin el partido, para así demostrar que la sociedad no puede vivir sin el, y además, cortar cualquier deseo de sublevación.

“Quien controla el presente controla el pasado y quien controla el pasado controlará el futuro”.

El deseo de rebelarse es algo inconcebible para la población expuesta en la novela, el que llegue a pensarlo es vaporizado por la policía del pensamiento, es decir, borran su existencia como ser humano y se encargan de deshumanizarlo. Pero además del amedrentamiento para evitar cualquier deseo de libertad, la novela plantea que la población no es capaz de luchar por una causa tan significativa, que haga que su vida se desestabilice mientras busca este objetivo, porque la humanidad prefiere ser feliz a ser libre.

"La libertad es el derecho a decirle a la gente lo que no quieren escuchar".

El escritor basa sus ideas del cambio de la realidad, en las experiencias que vivió en la Guerra Civil Española, donde conoció ambos bandos del totalitarismo: fascismo y comunismo, demostrando así que dentro de lo ficticio del libro, los totalitarios utilizan cualquier recurso para obtener el poder.

“En realidad vi que la historia se estaba escribiendo no desde el punto de vista de lo que había ocurrido, sino desde el punto de vista de lo que tenía que haber ocurrido según las distintas líneas de partido” George Orwell.


El mundo expuesto parece lejano a la realidad en la que vivimos actualmente. Pero aunque lo veamos así, los totalitarios existen. Hubo un tiempo en que tuvieron un auge importante, en el cual el mundo peleaba por ideologías  sin saber que ambas eran lo mismo, donde lo que buscaban era la dominación y el poder. Orwell fue víctima del fanatismo de seguir a una ideología, pero al caer en eso se dio cuenta que la única ideología que hay que seguir es la de la lucha por la libertad.

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