Botas o votas
10/02/2017
Felipe Toro
“Hoy es un día de júbilo, fe, democracia y de patria” con
estas palabras el presidente Hugo Chávez ejercía su derecho al voto en lo que sería
su última contienda electoral.
Desde los inicios de la
llamada revolución, su fuerza y legitimación provenían del voto popular. Se
jactaban en decir que eran el gobierno con la mayor cantidad de elecciones en
menor tiempo, en tener el sistema de elección más “perfecto y seguro” del mundo
y de haber ganado 15 de las 17 elecciones en las que se enfrentó.
El gobierno actual ha ido en
una mengua constante en su intención de voto. En cada elección, aunque la
ganaran, con respecto a la anterior, tenía menos votos; tanto así que se
cuestiona la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales. Pero
este afán de mantener a la sociedad civil en una constante elección por
cualquier cosa, se rompió a partir de la derrota dada por la oposición el 6 de
diciembre de 2015 al oficialismo en las parlamentarias. A partir de este hecho todas
las elecciones venideras han sido pospuestas con excusas cada vez más
insólitas.
En el 2016 la oposición
venezolana venía crecida por su victoria en el parlamento, tenía la moral en
alto de sus electores, y con una ruta para salir del actual gobierno: el referéndum
revocatorio. El CNE durante todo el año puso traba tras traba para evitar a
toda costa que sucedieran estos comicios y postergó la elección de gobernadores
justificando que el referéndum y la falta de recursos por la crisis
imposibilitaban la votación.
Al término de ese año, toda
la superación de los obstáculos impuestos por el órgano rector para alcanzar el
referéndum revocatorio fue en vano, todo por un llamado a una mesa de diálogo
que solo oxigenó a un gobierno que estaba en ese momento ahogado por la presión
de calle dirigida por la Mesa de la Unidad.
El pasado 8 de febrero de
2017, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció la renovación de los partidos
políticos, con unas condiciones que en vez de promover la renovación, lo que
pretende es su eliminación.
Esta renovación anteriormente
tenía un lapso de un año, ahora solo serán 14 horas hábiles entre sábados y
domingos del 18 de febrero al 23 de abril. Además el CNE dispondrá solamente de
390 puntos en todo el territorio nacional, imposibilitando más la tarea. Los
partidos que no logren cumplir con estas demandas quedarán ilegalizados.
La MUD y el Psuv están exentos
de realizar este proceso por los votos obtenidos en las pasadas elecciones,
pero partidos de tradición en Venezuela y que conforman la MUD deben realizar
este proceso corriendo el riesgo de que se les ilegalice. Los partidos del Gran
Polo Patriótico se pronunciaron exigiendo mejores condiciones de la renovación,
también ellos se ven perjudicados por la medida del ente electoral.
Esta medida solo tiene como
objetivo eliminar los partidos de oposición y a sus aliados, para convertir al
Psuv en el partido único del país, ya que no es capaz de ganar ninguna elección,
y ser el que “compita” en las elecciones venideras, así como sucede en
Nicaragua, Cuba y Corea del Norte. Además con esta orden se vuelven a atrasar
las elecciones regionales que en un principio debieron realizarse el año
pasado.
El voto popular está siendo intercambiado
por la bota militar porque es más fácil militarizar al civil, que civilizar al
militar.
Las elecciones en Venezuela están
cada día mas mermadas, se pretende arrebatar el derecho al voto a la ciudadanía.
El pueblo venezolano tiene la obligación de alzar su voz y exigir lo que nunca
debió quitársele, y entender que la población que es mayoría, puede vencer a la
cúpula que la domina.
“Una
papeleta de voto es más fuerte que una bala de fusil” Abraham Lincoln.
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