El Silencio no es tiempo perdido
3/03/2017
Emilio Salcedo
Al
momento de adaptar una obra literaria al mundo cinematográfico lo común es que
algunos aspectos de los personajes, los cuales fueron arduamente descritos en
infinitas páginas por el respectivo escritor, en el cine son mostrados de una
manera muy explícita. En la película, a través de esta sobreexposición de
ciertas características, se garantiza que el espectador capte rápidamente lo
que le interesa reproducir de la obra original al director.
Un
ejemplo de esta sobreexposición típica del cine es la película El Hombre y el monstruo (1931) , donde
se lleva a la gran pantalla la novela clásica de Robert Louis Stevenson, Dr. Jekyll y Mr. Hyde. En la novela se nos describe a Hyde como una
persona que genera desagrado a la vista, pero nunca se nos dice que este hombre
es feo ni mucho menos monstruoso.
Pero a
la hora de transformar lo dicho en formato audiovisual y para que los
espectadores capten ese desagrado y aberración que sienten las personas que ven
a Hyde, en la película lo transforma en un monstruo, en una especie de mono
horrendo si se quiere más detalles.
El cine
es el arte de la exposición, el arte en donde todo es muy evidente, lo sutil,
el decir las cosas sin decirlas al mismo tiempo, es algo que se observa más en
la narrativa y en el teatro, es el final de El
niño con el pijama de rayas (el libro) , donde uno sobreentiende que a
ambos niños, el judío y el hijo del general nazi, son asesinados en una cámara
de gas. Aunque hay excepciones a la regla, especialmente con respecto a los
finales de muchos filmes, los cuales son muy ambiguos y se pueden sobreentender
muchas cosas diferentes.
El
teatro desde su creación en la antigüedad griega se ha valido de lo sugerido,
de lo sutil, para contar sus historias o simplemente se le
encargaba a un personaje llámesele mensajero o el mismo coro, elemento
característico del teatro griego, para
contar el final fatalista de la mayoría de los personajes. Como era algo muy
crudo de mostrar al público, estas figuras eran quienes rompían de alguna forma
la cuarta pared y les comunicaban que el rey se había arrancado los ojos, que
la reina se suicidó después de que se enteró de la muerte de su hijo.
Al pasar
de los años y con la ayuda de los avances tecnológicos dentro de la industria
cinematográfica, las balas y las explosiones se fueron apoderando de las
pantallas. Y así la sobreexposición de algunas cosas llegaron a abarrotar y
saturar nuestras miradas a tal punto de que llegamos a estar exhaustos de las
mismas. Todas las muertes/asesinatos, todas las escenas sexuales, todas las escenas de drogas, pasaron
a exponerse incluso sin una necesidad de trasfondo para la trama.
Se llegó al final, entonces nos regresamos para
recuperar algunas cosas que dejamos caer en el camino y trazar como destino el
comienzo del recorrido. Y este
retorno lo veo muy claro con la película Moonlight,
un filme basado en una obra de teatro en donde lo sugerido, lo insinuado hace
su aparición en gran escala. Dejamos a un lado las películas de carros, balas, explosiones
y drogas. Para hablar nuevamente del
tema de las drogas, la pobreza y las bandas criminales, pero sin que suene un
solo disparo en toda la película.
Todo en Moonlight es un decir sin hacerlo,
hablar callando, en resumen y citando a Gustavo Cerati, el silencio no es tiempo perdido, porque podemos comunicar
infinitos mensajes sin que una sola palabra salga de nuestra boca, a través de
nuestras miradas, nuestras expresiones, nuestros movimientos, podemos decirlo
todo. Algo que apreciamos con Chiron , un personaje caracterizado por ser muy
callado desde su infancia hasta su adultez, desde que es Little hasta convertirse en Black.
Entre
las cosas que el filme deja sugerido para que el espectador infiera está la
muerte de Juan, el padre adoptivo de Chiron, quien desaparece después del
primer acto. Una muerte, la cual evidentemente no fue natural, sino que lo
asesinaron, algo que si fuera otra película, nos lo mostraría, el espectador
sería testigo de cómo asesinan a Juan.
En cuanto a la sobreexposición de escenas
sexuales que vemos en otras películas como por ejemplo, Blue is the warmmest color, evidenciamos un contraste con Moonlight, donde la única escena de
esta índole, la observamos sin que todo sea mostrado, sin que el espectador
llegue a ver lo que está pasando como un video pornográfico, y así se nos
plantea el acontecimiento de una manera sobria y nada sobrecargada.
Y lo otro
que escuchamos a través del guion, pero que no está en la película es el tema
de la cárcel. Algo que no tiene la necesidad argumental de mostrarse igual que
la muerte de Juan, pero de la misma manera es algo que paso y no puede negarse,
una se refleja a través el vació , del ya no estar y la otra por la
conversación de Chiron y Kevin. El silencio muchas veces nos dice mucho más que
las palabras, nos dijo que murió Juan y nos construyó la personalidad e
identidad de Chiron, definitivamente, no es tiempo perdido.
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