Titanes
14/03/17
Felipe
Toro
La libertad y la
civilización son dos titanes que se enfrentan entre sí, que luchan intensamente
para imponerse el uno al otro; y el hombre en medio de ellos, busca conseguir
un consenso entre ambos, para poder vivir en sociedad.
Pero el hombre para
encontrar este consenso, debe hallar la manera de convivir con el resto de las
personas y desarrollar cada pensamiento, cada idea, cada impulso sin perjudicar
a nadie; pero sin coartarse de tenerlas, es decir, que cualquier instinto que
surja no sea castrado por la civilización.
Desde el momento en que
nacemos la sociedad moldea nuestra identidad: se nos imponen maneras de pensar,
actuar y sentir. Todo pensamiento que tengamos no nos pertenece, todo instinto
o impulso que tengamos no puede ser complacido en el acto. Toda percepción de
nuestro entorno es establecido. Todo vínculo personal es establecido: queremos
a nuestros padres porque nos inculcan que se tienen que querer, amamos a
nuestras parejas porque se nos inculca que cualidades y que cánones nos deben
gustar.
“La civilización se ve
amenazada por la desintegración, debido a la hostilidad primaria del hombre”,
Freud simplifica en esta frase lo que la civilización hace en el hombre. Es
como una prisión que lo ahoga, que lo asfixia y de cierta forma lo esclaviza,
pero lo mágico del asunto es que la civilización es la prisión perfecta, logra
que ningún miembro escape, porque nadie sabe que está preso.
Pero sin esta prisión, sin
este gran titán que lucha contra nuestra libertad, viviéramos aún como
animales, en una constante lucha de todos contra todos, en ese estado de
naturaleza que Hobbes habló. Pero aunque esto sea así el hombre constantemente
está en una búsqueda constante de su libertad.
La historia para muchos es
cíclica, es una lucha de clases, pero realmente considero que es una lucha por
la libertad. Pero el inconveniente es que todos la exigimos, pero casi nadie la
ejerce. Preferimos que nos digan que hacer. Preferimos estar cómodos y ser
felices a ser libres.
La libertad nos causa
conflicto: cuando nos dicen que hagamos lo que queramos, no sabemos qué hacer;
cuando nos piden hablar de lo que sea, no sabemos de qué hablar; y justamente para
escoger un tema para este artículo me causó conflicto, porque nadie nos dice de
que escribir, sino que es libre.
A lo largo de la historia,
la libertad ha crecido ampliamente, pero hasta qué punto podemos seguir
ampliando las libertades del hombre sin caer en la depravación, en el conflicto
y en la pérdida de la civilización. Hasta qué punto podemos permitir dejar que
cada quien tenga un punto de vista aunque esté equivocado.
Quizás las luchas por la
libertad son la añoranza del hombre por volver a la naturaleza que la
civilización le quitó. O quizás la libertad solo sea decidir en qué queremos
que la civilización nos esclavice.
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