El poder


Felipe Toro

El poder lo detentan, para muchos, aquellos que logran imponer su voluntad al otro; es para el imaginario colectivo, aquel que logra mandar y es obedecido. En el sistema de creencias de muchas poblaciones se cree, que el que tiene el monopolio de las armas, es el que ostenta el poder.

La concepción colectiva de que el poder y la violencia van de la mano, desesperanza a parte de la población, que cree que los cambios políticos no se logran, sino es, a través de las luchas armadas; y ven al gobierno blindado ante cualquier manifestación que se le presente.

Pero la violencia no genera ni da poder. El verdadero poder pertenece a la comunidad, descansa en la palabra y el debate, precisa del número de personas que consesuadamente legitiman al poder.

Por ello, las tiranías secuestran las instituciones, invaden nuestras calles de miedo, generan desconfianza entre ciudadanos; para así, aislar al hombre, para desprenderlo del espacio público y mantenerlo en el privado; para quitarle su poder, el poder que tiene cuando se une con el resto de la ciudadanía.

La esencia de los gobiernos es el poder, pero este necesita legitimidad, y descansa en la forma en que se dio origen. Pero cuando se desquebraja y se separa del origen que le dio poder al Estado, surgen las insurgencias y las desobediencias civiles.

Pero estas desobediencias e insurgencias no pueden ser violentas, porque en la violencia no está el poder, está en las concentraciones masivas de personas con un mismo objetivo. Por esta razón los cambios políticos están en la protesta pacífica, puesto que ellas atraen a una mayor cantidad de gente, en cambio, las violentas, solo las ahuyentan.

Por eso el juego del gobierno de que caigamos en la violencia, porque de esta manera nos aíslan, y logran que dejemos de pensar como civiles y ciudadanos; y que comencemos a pensar en estrategias militares sin serlo, creando discusiones para buscar la manera de como romper piquetes y por donde se tiene que ir para dividir a las fuerzas de represión.

En la única estrategia en la que se debería pensar es en como sumar y hacer resistir a una ciudadanía que es atacada, no en como vencer a militares, siendo civiles. Porque el triunfo no está en si se avanza en una manifestación o si se llega al destino pautado. La victoria está en sumar cada día a más personas.


La violencia y el poder se enfrentan actualmente en el país, y podemos pensar que la violencia puede terminar de destruir a esa gran masa que tiene el poder. Pero si somos tercos y persistentes, las armas cambiarán de bando.

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Comentarios

  1. Así tal cual son las circunstancias en la que estamos , sigamos resistiendo para lograr el objetivo "las armas cambiaran de bando" .

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