Responsabilidad comunicacional: El drama
En los
últimos días han surgido muchos hechos que valdrían la pena tratar en nuestra
circunstancia política. Son tres actos que podrían verse poco relacionados,
pero son parte de una misma obra. Como no es un chiste, no guardemos sorpresa
en el nombre: la obra se llama Responsabilidad
comunicacional. Y siendo la libertad de expresión una de las cinco
instituciones políticas de la democracia, es fundamental que en estos tiempos
las utilicemos como arma que nos funcione para cohesionar esfuerzos, y no
generar duda de los ciudadanos a sus dirigentes.
ACTO I:
Escena I:
(Un avión.
De día)
Ha culminado
la primera visita del Sumo Pontífice al Medio Oriente. Llámelo religión, llámelo
diplomacia, no se puede sacar del contexto político: el mundo atraviesa un
conflicto bélico en la que la Iglesia se ve involucrada, esta vez como víctima.
La jornada fue ardua, el Papa tiene 80 años, está cansado. Los periodistas le
preguntan sobre la posibilidad de restaurar el diálogo con la intervención del
Vaticano en Venezuela. Sus declaraciones parecen notas mentales que une con el
esfuerzo de concentrarse.
Al Papa no
se le debe excusar por ser humano, pues todos somos humanos, pero no todos
somos Papa, las declaraciones de cualquier católico común no dejan en la calle
al resto de los feligreses. Ese es el peso de la concupiscencia. Se agrega a
ello que la prensa que entrelaza las ideas del discurso a su conveniencia al
transcribir, como en un ejercicio de gramática, cambiando signos de puntuación
para darle un giro al significado, omitiendo oraciones. Es una situación difícil para el venezolano, escoger entre dos fuentes en las que confía tanto y tan poco. Una carta abierta a Su
Santidad por parte de la MUD impide que las situación empeore, pero entre los
fieles confusos, ya el daño está hecho.
ACTO II:
Escena I:
(Miami. Caracas. Redes
sociales. De noche)
La familia de Leopoldo López llama a Leopoldo Castillo
y le anuncia que el mártir de la democracia ha sido trasladado sin signos
vitales al hospital militar. Castillo lo escribe con inmediatez en su cuenta de
Twitter.
La prensa permanece callada, pero el Whatsapp
no. La corriente que asegura que la cuenta de Castillo fue hackeada, el video de “fe de vida” proyectado en el programa de
Diosdado Cabello, la desatención de los militares, un video de Lilian asegurando
que ya Leopoldo contestó, contrastado con sus tweets que afirman no retirarse
hasta que se sepa de Leopoldo. Todo es generador de dudas.
Existe una hipótesis de que el chisme fue
incubado en el grupo más allegado a Leopoldo López. Esto explicaría que la
familia haya llamado de primero al señor Castillo para transmitir la noticia, pues
habiendo sido el primero en anunciar la muerte de Hugo Chávez, tiene
legitimidad. La pregunta sería por qué el periodista quiso comprometer su
nombre comunicando una información no verificada.
Escena II:
(Vista Alegre. De
noche)
Una ciudadana
de mediana edad sale de su casa desesperada
CIUDADANA (gritando hacia las ventanas de sus vecinos):
Están atentando contra la seguridad nacional ¡Reaccionen! ¡Reaccionen! ¡Reaccionen!
¡Coño, reaccionen!
VECINOS (a una sola voz): ¿Qué hacemos?
CIUDADANA (con la voz quebrada): Vamos a protestar
VECINOS: ¿A
dónde?
CIUDADANA:
A donde sea. ¡Mataron a Leopoldo! ¡Lo dijo su papá!
El grupo de
vecinos baja a la calle a quemar una caja del CLAP.
ACTO III
Escena I:
(Redes Sociales. Día)
Los
creyentes en la hipótesis de que el chisme de la muerte de Leopoldo fue una
idea del oficialismo, recuerdas en las redes la represión brutal del día
viernes, enfatizando en el asesinato de Armando Cañizales. Gustavo Dudamel se
pronuncia, aclarando las dudas de su convicción política.
Capriles
declara tener comprobación de que Iris Varela está enviando a delincuentes
prisioneros a sumar apoyo a la GNB Y PNB en las protestas. Se presume que la
MUD convoca a la planificación de la próxima semana, pero la información se
propaga en distintas versiones sin ser verificada.
ALGUN
ESTUDIANTES: En esas marchas nosotros arriesgamos nuestra vida a cambio de
nada. Solo se reconocen a los políticos y a los muertos. ¿Para qué ir?
Esta idea
también se extiende entre muchos de ellos. Sí hay quienes los alientan y
quienes los motivan. Pero su heroicidad, la de aquellos que exponen su corta
vida, merece más protagonismo.
BAJA EL TELÓN.
La comunicación
efectiva de medidas debe basarse la claridad de los pasos a tomar y en el
reconocimiento de los involucrados, como parte fundamental de la acción. La
comunicación efectiva de hechos debe basarse en la comprobación de la veracidad
de los mismos, en que la información no esté tergiversada.
La
responsabilidad comunicacional es la concientización de que cada palabra del
mensaje debe ser precisa y estar profundamente pensada, para no tener que
confrontar las abismales consecuencias de las malas interpretaciones. Y preocuparse por esto no solo es responsabilidad de los políticos, del Papa, de la prensa, sino también de nosotros mismos, que por necesidad intentamos llenar los vacíos que nos dejan los diarios, y muchas veces rellenamos de chismes y escándalo.
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