Reportaje: La represión como consolidación física del apartheid en Venezuela

Manuel Rodríguez
Apartheid: palabra que proviene de la lengua afrikáans y significa “Separación”. Esta expresión se usa para identificar el sistema político de segregación racial que existía en Sudáfrica y Namibia en el marco histórico de la guerra fría. En ocasiones y más recientemente se usa este término en un sentido más amplio para señalar discriminación de algún tipo, significado que tomaré para este reportaje.
El actual gobierno venezolano ya no busca ser una mayoría electoral, sino que intenta aferrarse al poder ante una gran cantidad de ciudadanos que quieren cambio y por eso la discriminación ha mutado a un nivel físico que busca amurallar el centro de poder de aquellos que podrían poner en peligro su control.
Tomando en cuenta lo anterior, ¿ No hay similitudes entre el régimen chavista y el gobierno apartheid africano? Pues sí las hay y bastante. Primero repasemos unos casos ante de llegar a la actual época de protestas y represión.
Inicios de la discriminación política
En el 2004 se empieza a ver el primer vestigio de discriminación política directa del chavismo: La Lista Tascón. Era una compilación de datos publicados en internet donde ingresando el número de cédula podrías encontrar si la persona firmó o no en la petición de referendo revocatorio contra el presidente Hugo Chávez.
Muchas personas denunciaron acoso a partir de la publicación de la lista y está comprobada una serie de despidos en instituciones públicas donde los afectados comparten la característica de aparecer en la lista Tascón.
Actualidad
Si hacemos un rápido salto cronológico de unos 13 años nos encontramos con un 2017 enmarcado en una situación de crisis política, social y económica donde hay un avance del gobierno en la búsqueda del control de la sociedad a través del amedrentamiento y la discriminación, tanto física como simbólica.
“En términos simbólicos hemos visto que el gobierno del ex presidente Chávez y ahora el de Nicolás Maduro han establecido una diferencia entre lo que llaman patriotas (seguidores de su gobierno) y “escuálidos”, sus opositores. Estos calificativos agresivos son varios: “pitiyanki”, “majunche”, “oligarca”, “apátrida”, “fascista”, “derecha maltrecha”, etcétera. Lo que encierra este discurso es una configuración del otro como “no pueblo” o “no venezolano” que contrasta con “el pueblo”, “lo venezolano”, que sería el chavismo. Por supuesto, los derechos políticos, económicos y sociales estarían sobre todo garantizados para el pueblo”. –Víctor Álvarez, profesor de comunicación social en la Universidad Católica Andrés Bello y experto en redes sociales.
En el marco de las crisis económica y alimenticia a la cuál está sujeta Venezuela, el gobierno ha aprovechado para profundizar y radicalizar su control social a través del otorgamiento de beneficios para aquellos que se identifican adeptos a “la revolución”. Ejemplos de eso lo tenemos con los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, que llegan de forma efectiva a aquellos sectores populares que no han causado conflictos. Las zonas de clase media y alta, bastiones históricos de la oposición, son excluidos de este beneficio.
El carnet de la patria es otra medida en el marco de la crisis que fomenta el apartheid político y social en el país, sólo los “patriotas” lo poseen y disfrutan de los programas sociales del estado venezolano.
“En términos territoriales este sistema simbólico se concreta en exclusión de facto: el “no pueblo”, la oligarquía, la derecha, los apátridas, no pueden marchar libremente ni protestar porque “las calles son del pueblo”. Sumado a esto, hemos leído denuncias de que el gobierno restringe la entrega de ayudas económicas a familias que se identifican como opositoras o que han manifestado contra el gobierno”. Con estas palabras de Víctor Álvarez llegamos al corazón de este reportaje: la represión.
Como consecuencia a las sentencias 155 y 156 del TSJ, que eliminan casi en su totalidad las funciones de la Asamblea Nacional, emitidas a finales del mes de marzo, empiezan unas series de protestas llevadas a cabo por la dirigencia opositora en su mayoría integrante del parlamento afectado.
La represión como apartheid físico
A partir de la premisa “Las calles son del pueblo y no de la derecha apátrida”, el gobierno ha buscado que las protestas no logren llegar al centro de la administración pública: el municipio Libertador de Caracas. A partir de aquí el apartheid y la discriminación pasan a un plano físico.

En los dos meses de protesta, la represión de los cuerpos de seguridad en conjunto con paramilitares armados del gobierno ( los llamados “colectivos”) ha sido el método para alejar las protestas del lugar del poder, y con la escala e intensificación de estas también ha escalado la represión.
Inciso jurídico
Lo curioso es que a los adeptos al gobierno si se le permite su libre concentración y movilización por las instituciones públicas. El artículo 21 de la constitución de Venezuela dice “ todos las personas son iguales ante la ley y no se permitirá ningún acto que pretenda menoscabar los derechos y libertades de toda persona”.
El artículo 68 de la constitución de Venezuela establece el derecho de manifestar sin ningún otro requisito que establezca la ley. Ese mismo artículo establece la prohibición del uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de manifestaciones pacíficas.

“ Los muros ya no son ideológicos, ahora son físicos con la infame estructura llamada popularmente el murciélago, que es una barrera que no te permite pasar de un lugar a otro, prácticamente la creación de un ghetto. Ya no es sólo focalizar que la protesta en un lugar, sino que van y reprimen también. Apartheid busca disminuir a aquél que no comparta lo que se plantea”. – Luis Daniel Álvarez, profesor y director de la escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela.

Los llamados “murciélagos”
El profesor plantea como los muros ahora son físicos a través de estructuras de la Guardia Nacional de Venezuela confinando a las protestas a no lograr movilizarse al objetivo final y destaca el ensañamiento, ya que no solo los obliga a quedarse en un lugar sino que allí los reprimen.
“Cuando un partido o ideología política se aferra a conceptos marciales de apartamiento del otro, lo amenaza de entrada con su aniquilación, se enfoca en su humillación y sometimiento.Cuándo un gobierno utilice el formidable poder y recursos para anular al otro, cava su propia tumba. Esa acción puede tardar, pero siempre llega”. – Jorge Olavarría, analista y consultor político.
La conclusión a través de las opiniones de los expertos junto a la investigación hecha es que la represión fuerte que hoy vive el país es parte de la estructura discriminatoria discursiva que por años ha mantenido el gobierno, un discurso que hoy es minoría y que no le importa violar la ley para quedarse con el poder.
https://vistaacida.wordpress.com
Comentarios
Publicar un comentario