Origen del separatismo catalán
Felipe Toro
España está viviendo uno de
los mayores momentos de tensión política de los últimos años. Vuelve a la palestra el debate
separatista de Cataluña.
Para
el primero de octubre está previsto un referéndum de autodeterminación en
Cataluña, convocado por el gobierno regional. Donde las autoridades quieren
hacer a los ciudadanos la siguiente pregunta: "¿Quiere que Cataluña sea un Estado
independiente en forma de república?"
Este
proceso ha sido rechazado por el gobierno nacional desde su nacimiento, pues
considera que esta consulta está fuera del marco constitucional; pero ¿Por qué?
La Carta Magna española establece que “la
soberanía nacional reside en el pueblo español”, es decir, que una parte
del pueblo español, los catalanes, no pueden elegir por todos. Además, según la
legislación española, solo el rey, por petición del gobierno y con previa
aprobación del legislativo, puede convocar a consulta; las regiones no tienen
esa potestad.
La
reacción del gobierno regional de Cataluña fue no reconocer la sentencia del
Tribunal Constitucional, la cual prohíbe el referéndum, y continuó con los
preparativos. Madrid amenazó con activar las herramientas judiciales para
frenar el proceso, y la Guardia Civil llevó a cabo detenciones e incautaciones
de urnas y papeletas.
Pero,
¿Cuál es el origen de este conflicto? ¿Cuáles son los motivos de querer su
separación?
Tras
la caída de la monarquía visigoda, la península Ibérica cayó en manos de los
musulmanes, incluyendo Cataluña. Con el pasar de los años, la inestabilidad
interna de los musulmanes y la victoria cristiana del imperio carolingio, cerca
de los Pirineos (zona donde se encuentra Cataluña), logra que esa zona alcance
una autonomía política. Al caer el imperio Carolingio, los condados catalanes
se desvincularon y la región quedó en sus manos bajo su linaje.
España,
para ese momento, estaba fragmentada en pequeños reinos cristianos que se
enfrentaban en solitario al poderío musulmán. Para poder enfrentarse al
califato, los Condados catalanes y el reino de Aragón, por medio del
matrimonio, se unen y forman un solo reino; a partir de ese momento y hasta
nuestros días, Cataluña, dejó de ser un Estado completamente independiente, a
pesar de que este matrimonio no prohibió que cada reino mantuviese sus leyes e
instituciones.
Las
luchas por expulsar a los musulmanes duraron siglos, y para consolidar a una
sola nación fueron necesarios matrimonios entre los reinos que conformaban la
península Ibérica. Los reinos más grandes, para el año 1460, eran los de
Castilla y Aragón, los cuales se unieron en 1469 con el matrimonio de Isabel de
Castilla y Fernando de Aragón. En esta unión, Cataluña estaba incluida,
formándose así, en casi su totalidad, a la España que conocemos hoy.
1640
es el año donde se da la primera revuela en Cataluña para exigir mayores
libertades. El reino Hispánico, exigió a las provincias mayor compromiso
económico con el poder central, lo cual demostraba las intenciones
centralizadoras de la monarquía, rompiendo con los fueros (instituciones
regionales). Recordemos que por esta época está la transición de los feudos de
la Edad Media, a los Estados-nación en la Modernidad. En esta rebelión,
Cataluña logró su independencia por unas semanas, pero al ver que no tenían la
capacidad de detener la ofensiva del monarca hispánico, los gobernantes
catalanes se alían con Francia y pasa a ser territorio francés. Pero en 1651
España vuelve a Cataluña. En 1659, se firma el Tratado de los Pirineos, que
establece la frontera entre España y Francia. Cataluña vuelve a ser parte de España.
Pero el hito histórico, en
el cual se basan los catalanes en decir que están oprimidos, es la Guerra de
Sucesión Española. La cual se origina tras la muerte sin descendencia del rey
Carlos II, de la casa de Austria. El trono lo disputaron Felipe V, de la casa
Borbón, bisnieto de Felipe IV de España; y el Archiduque Carlos de la casa
Austria. La corona de Castilla apoyaba a la casa Borbón y la corona de Aragón
(donde está Cataluña) a la casa de Austria. Barcelona apoyó al Archiduque
Carlos, y por un momento, Cataluña se convirtió en la capital. Pero al triunfar
Felipe V, el rey, por la traición de Barcelona, elimina toda autonomía que
tenía la región, e impone el decreto de Nueva Planta el cual elimina al
Principado de Cataluña, y lo convierte en una provincia más. A partir del
reinado de Felipe V la monarquía se convierte más absolutista, forjando a una
España unificada, que acababa con los feudos y se centralizaba.
Luego de la expulsión de las
tropas napoleónicas en España, Fernando VII ocupa el trono. Tras su muerte, se
genera el conflicto de sucesión entre su hermano Carlos María Isidro y su hija
Isabel, debido a que en 1713 la ley no permitía que una mujer subiera al trono,
pero antes de morir, Fernando VII derogó esta ley. A partir de aquí se generan
tres guerras denominadas Carlistas. La provincia de Cataluña apoya al bando
carlista, porque este, apoyaba a los fueros (autogobierno). Tras la victoria de
los isabelinos, que eran del ala liberal, comienza en España la época de la revolución
burguesa. Los vencedores se dividieron en moderados, progresistas; mientras que
en Cataluña se empieza a desarrollar el republicanismo. Y con la industrialización
se genera una nueva clase social: el proletariado.
En los años finales del
siglo XIX, nace el catalanismo político y el nacionalismo catalán. Y con el
nacimiento de la Primera República Española, el catalanismo político adoptó el
federalismo, para darle más autonomía a las regiones; en este periodo los catalanes
vuelven a proclamar el Estado Catalán.
Tras la caída de la Primera República,
llega la dictadura de Primo Rivera, la cual somete cualquier intento
separatista. Pero a partir del siglo XX, el movimiento independentista catalán,
toma una postura comunista, que terminará desembocando en la Guerra Civil
Española. Para 1931, se forma la Segunda República, la cual, por medio de su constitución,
establece a Cataluña como un Estado autónomo, retomando así las instituciones
de sus principados, anteriormente expuestos.
Pero a partir de aquí, todos
estos acontecimientos dejan de ser solo por motivos territoriales, culturales,
e históricos; entra un nuevo factor, que es el ideológico. La Segunda República,
era de izquierda, y por el intento fallido por acabarla, se genera lo que conocemos
como Guerra Civil Española. Este conflicto confrontó a las fuerzas totalitarias
de la época: fascismo y comunismo. Los catalanes fueron republicanos y
comunistas; y tras su derrota, fueron perseguidos por la dictadura de Francisco
Franco. Hasta el final de la dictadura, la cultura y la lengua catalana fueron
prohibidas.
Tras la muerte de Franco,
España entra en una transición democrática, la cual restituye las libertades básicas
de los ciudadanos y con la aprobación de la constitución de 1978, se reconocen
la existencia de comunidades autónomas dentro de España.
Desde este momento, el
separatismo estuvo siempre muy moderado. Cataluña disfrutaba de sus libertades
como región autónoma, con un parlamento regional, se permite su lengua, su
cultura; pero a partir del 2012, la separación de España vuelve a tomar vida,
hasta generarse la crisis del referéndum del primero de octubre de 2017.
Si Cataluña logra su
independencia, podría causar un efecto dominó en toda España: el País Vasco y
los gallegos también exigirían la separación; causando así la fragmentación de
la España que conocemos; además, económicamente perder estas regiones causarían
que se agudizara más la crisis, tanto en España, como en las regiones separadas. Por otro lado, Cataluña perdería,
todos los beneficios de estar en la Unión Europea, el euro, y el reconocimiento
como Estado por la comunidad internacional.
La
lucha de los pueblos siempre termina por inclinarse a favor de ellos, pero ¿el
pueblo catalán y el español desean verdaderamente la separación? ¿La mayoría de
los catalanes desean la independencia? ¿O es solo la lucha ideológica de los
comunistas que quedaron en Cataluña?
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